domingo, 20 de abril de 2008

Apocalypse Nerd

Procedo a resumirles mis quehaceres de los últimos tiempos a modo de disculpa por semejante abandono.
Estoy trabajando mucho. Soy assistant editorial del departamento de Comunicación de la Editorial Planeta, Grandes Publicaciones. De las pequeñas se encargan otros. Suena bárbaro así dicho, pero en realidad me dedico a perseguir a colegios de todo el país para que me manden los textos de sus niños para que nosotros les hagamos un libro gratis muy mono y en el momento de entregárselos poder meter a un comercial en su casa que les coloque una de nuestras grandes publicaciones. Eso sí, sin compromiso comercial, ojo. Lo más divertido son los textos de estos niños, cuando me encuentro cosas como la siguiente: "Mi padre sólo bebe cerveza y está tumbado en el sofá viendo el fútbol". Tal muestra de sinceridad venía acompañada de una nota de la tutora de turno, que decía: "Después de reflexionar sobre el hecho de que su padre podría enfadarse, Fulanito escribió un segundo texto 'Mi padre ha mejorado un montón, ahora sólo ayuda a mi madre' ". Pobre Fulanito, obligado a mentir desde la más tierna infancia.
Pues lo dicho, que en eso estoy, sin dejar de lado mis queridos cómics. Hoy mismo he estado en el Salón del Cómic, que quién me iba a decir a mí hace un año que me dejaría caer por allí, con invitación para más inri. En mi editorial (la otra, no Planeta) me han regalado uno de los cómics que corregí yo y he podido verle la cocorota a Quino, rodeado de hordas de fans y con un cartelito que decía que sólo le echaría una firmita a 25 privilegiados. Y ayer estaba Purita Campos, pero como una de mis compañeras de piso se cagaba por la pata literalmente y me vi en el deber de asistirla no pude ir a ver a la autora de mi siempreamada Esther Lucas.
Pues la experiencia no ha estado nada mal, la verdad. Siempre me había imaginado esta feria como un lugar lleno de otakus y spidermans, pero no. Hay gente normal. Yo me compré un Súper López. Siempre me he tronchado con la Súper Medianía. Y eso que temía que se repitiera el chasco que supuso la compra de un Don Miki hace un año en el Mercat de Sant Antoni. Pero no, Súper López no ha perdido ni un ápice de su capacidad hilarante, Luisa sigue tan mona como siempre y la nariz de Jaime es aún más grande de lo que la recordaba. Y lo mejor de todo, en la contraportada una viñeta dedicada a aquélla campaña antidroga de finales de los 80 que todos recordaréis "Engánchate a la vida", en la que unos niños le preguntan a Súper López cuándo piensa combatir las drogas con sus superpoderes y él dice que no es necesario, ya que cada uno puede hacerlo, simplemente "Cuando te ofrezcan chocolate, diles que naranjas". Me mondo.