sábado, 21 de junio de 2008

Es-pera

Toda persona de bien en Barcelona tiene su propio paki, que no es otra cosa que una tienda de alimentación regentada por un individuo normalmente de nacionalidad pakistaní (de ahí su nombre) donde uno puede suministrarse de cervezas, harina, lejía o patatas fritas.
Nuestro paki es de Bangladesh y se llama Shuman. Es el mejor paki del mundo, el más guapo y el más estiloso. Pero nos ha abandonado, ya que con todo el dolor de su corazón y de los nuestros, se ha mudado a la Barceloneta a regentar otro paki.
Shuman tiene una mujercita postadolescente allá en su país, esperando para reunirse con él. Hubo una larga temporada que Shuman desapareció. Cada mañana salíamos preocupadas al balcón para comprobar si había vuelto y, cuando ya estábamos a punto de llamar a la policía, nos encontramos con las verjas de la tienda levantadas de nuevo. Había estado en Bangladesh casándose, ni más ni menos. A mi hermano, que siempre fue su favorito, le enseñó fotos del enlace y todo.
Nuestra amistad se remonta a los inicios de nuestra vida en Can Chatunga. En un momento de emergencia me vi en la necesidad de dejarle las llaves de mi casa a mi pakis para que se las diera a mi hermano. Le brillaron los ojitos y comprendí que ese voto de confianza le llegó al alma.
Shuman siempre estaba en la puerta de la tienda, a velas vir. Nos veía llegar a lo lejos y cuando estábamos a puntito de pasar a su lado se hacía el despistado para saludarnos en plan "ah, chicas, ¡no os había visto!".
Tiene un gran sentido del humor, como quedó patente el día que bajé a por zumo de pera (sí, de pera) y me dijo "¿Zumo de pera? Es-pera", chistazo que celebré por todo lo alto por lo inesperado del mismo.
Ahora regenta nuestro pakis el cuñado de Shuman, que no es tan guapo ni tan estiloso, pero es bastante gracioso y parlanchín. Ya me ha contado que come un bocata de pimientos y cebolleta cada día, duerme poquito, cena un cuenquito de arroz y que no entiende cómo es posible que esté gordo. Yo le dije que no lo entendía tampoco, claro.
Pues resulta que nuestro paki se fue a la Barceloneta, como decía. Y como el verano, después de oponer mucha resistencia, ha llegado por fin a la ciudad, hoy tuvimos nuestro primer día oficial de playa. Al volver decidimos pasarnos por donde nos había indicado que estaría trabajando y se llevó una superalegría al vernos y nos emocionamos mucho todos. Después de darnos formalmente la mano a cada una y de invitarnos a unas aguas, nos enseñó su nueva tienda, amplia, ordenadita. Un notable progreso. Bravo por Shuman.

3 comentarios:

Ra está en la aldea dijo...

Por no mencionar lo preocupado que está todo el barrio ahora que se ha ido Shuman, yo ya he visto a dos personas preguntarle al cuñado por él con cara de preocupación, y parece que no somos las primeras que nos acercamos a la Barceloneta a hacerle una visita. Creo que va a ser el tema más comentado en la verbena de Sant Joan de la avenida Mistral.

Anónimo dijo...

tontas!!!
era mucho tiempo (que no saliaaaa...ah, no ese era el pobre miguel...) q no leia algo tan simpatico...sabes, no pensaba q ibas escribiendo tanto!
que risa MARIALUISA!!!
chistoso el paki!

Anónimo dijo...

Gracias intiresnuyu iformatsiyu