miércoles, 7 de noviembre de 2007

Amanece junto a mí

Me van a permitir que me ponga un poco romanticona, ya que sólo lo hago de vez en cuando. Eso sí, cuando el momento llega me regodeo bien en él, escucho canciones súper ñoñas y las canto a voz en grito acompañada de la voz de mezzosoprano de Ra.
Para aquel que no sepa la historia (y para los que sí pues os fastidiais un rato u os vais a leer otro blog) yo llegué a Barcelona hace 4 años, buscando un cambio para escapar de una historia de amor que ya no tenía ni pies ni cabeza pero que dolía mucho. Los primeros meses fueron de adaptación, hasta que volviendo de las navidades y tras el golpe final recogí todos los pedacitos de mi corazón y decidí mandarlo al carajo y pedirle que me dejara en paz.
Pasaron los meses y todo iba bien, sin noticias por su parte, cosa que siempre me dio mucha tranquilidad. Dado que era mi último año de carrera y tenía una beca bastante cuantiosa mi vida ociosa me llevó a descubrir la noche barcelonesa en todo su esplendor, jueves, viernes, sábados.
Una noche cualquiera, conocimos a unos yankees en un pub. Mi amiga Laura enseguida pilló cacho y yo me dejé tontear toda la noche por uno de ellos, Frankie. Resulta que eran un grupo de skaters profesionales neoyorkinos, que estarían en Barcelona un par de semanas grabando un video para su equipo y Frankie era el fotógrafo. Serían los ronaldinhos del skate, en comparación (la nueva campaña de publicidad sobre NY que hay en algunas ciudades los incluye como un básico de la ciudad). Había unos cuantos más que no habían salido, porque tenían que madrugar al día siguiente para dar pirivueltas ante la cámara. Pasó la noche entre cervezas y chapurreos de inglés varios y los días. Volvimos a vernos entre semana y se repitió la cosa. Frankie era muy divertido, la verdad, pero nada más.
Al cabo de un par de días más, Laura, enamorada hasta la médula de Dan (un skater tan pro que tenía el cuerpo tatuado con sus sponsors, cosa por la cual recibía un suculento sobresueldo), me llama para ir a un concierto en Apolo, creo que de Muchachito, con los yankees. Yo tenía visita en casa y estaba un poco cansada de todo el ajetreo y de dormir poco. Me llamó 20 veces, así que al final, por hacerle el favor, fui.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Salí del metro Paralel y crucé a la plaza de Raquel Meller, donde me esperaba Laura rodeada de chicos con la capucha puesta y skate en mano o en pies. Vi a Frankie y lo saludé friamente. Me presentaron a un chico alto como un pino que no recuerdo como se llamaba, Aaron no se qué. Y entonces me lo presentaron a él, Tom, y las piernas empezaron a temblarme. No pudimos ir al concierto, así que nos fuimos de barecillos. Estuve en la plaza del tripi con Alberto tomándome unos calimochos, hasta que me sentí preparada para afrontar la situación. Entré en el Tequila ("To kill us",) y hablé un rato con Frankie, incluso fui un poco cariñosa. Pero sin darme cuenta empecé a hablar con Tom sin parar, las frases (recordemos que en inglés) me salían a borbotones y nos entendimos al instante. Frankie se mosqueaba, puede que porque sin darnos cuenta Tom y yo estábamos hablando con las piernas entrelazadas, me apuntó Laura. Me decía que no le hacía caso y yo, toda tontuelilla, le decía "I'm not your girlfriend, Frankie" y venga a hablar y a hablar con Tom.
A la hora de cerrar el bar fui al baño. Cuando salí, Tom estaba esperándome. Me preguntó si lo estaba pasando bien, y me dijo que se alegraba mucho de haberme conocido. Yo estaba en las nubes, pero le dije titubeante que no podía ser, fuera lo que fuera lo que nos estaba pasando.
Nos fuimos a la Concha y cuando llegamos allí sólo pude decir "lo siento, Frankie" antes de dejarme besar por mi amor. La verdad es que tampoco se lo tomó demasiado mal, todo hay que decirlo, era un golfillo este Frankie.
Empezaban unos días de intenso amor como nunca había vivido, a contrarreloj. Yo tenía clase mientras él iba a grabar (era y es el mánager del equipo) y todos los días me llamaba varias veces. Volvían de la grabación y venía a buscarme, siempre con el ruidito del skate anunciando su llegada.
Llegó el triste día de la despedida, una mañana, de madrugada. Yo vivía de aquella muy cerquita de la estación de Sants y como eran tan tempranísimo le di las indicaciones necesarias y me dejó en cama. Al cabo de unas horas me llama. No te lo vas a creer, he perdido el avión, tengo que quedarme en Barcelona dos días más. Ven corriendo, le dije.
Pasamos dos días de turistas por toda ciudad, cogidos de la mano y con la otra en el skate, sin responsabilidades. Sólo me faltaba el "Juntos" de Paloma San Basilio sonando de fondo. Creo que me he enamorado de tí. Yo también. Pero finalmente tuvo que irse y empezó un largo período de emailes diarios, donde sólo nos decíamos lo mucho que nos echábamos de menos. Más de un año después, los mailes se fueron espaciando por ambas partes, hasta que este año fui a Nueva York a visitar a unas amigas. Me puse en contacto con él, pero el equipo se iba a Perú, y él con ellos. Volvían a la ciudad el mismo día que yo me iba y aun así decidimos vernos. Pero el cambio climático quiso que a mediados de marzo, el día de Sant Patrick, después de días soleados y preciosos en la Gran Manzana, cayera la última nevada de la temporada, con lo que su avión de vuelta fue desviado a Atlanta, donde tuvo que quedarse unos días aislado.
Me escribió disculpándose, qué le ibamos a hacer. Cada uno volvió a sus cosas, sus proyectos y no se me ocurrió volver a escribirle.
Hace unas semanas empecé a pensar en hacer un curso que encontré de 3 meses en USA. Barajaba la opción Nueva York, pero casi me había decantado ya por Boston. Hasta que el destino movió sus hilos. Ayer recibí un mail de Tom, después de meses, ¿cómo no creer en el destino? Cómo estás, puede que este año volvamos a Barcelona. Puede que vaya yo a Nueva York una temporada, contesto. Sería genial que vinieras.
La decisión está tomada. Y como dice mi madre, contrariada, "no hay mejor manera de aprender un idioma que dormir con el diccionario".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"I´m sorry, Frankie" ¡¡¡¡JUOJUOOOJOJOJROJO!!!!

En serio, qué romántico, te imaginas el gesto con las manitas entrelazadas que he hecho mientras leía esta historia, ¿no?

Unknown dijo...

Ves como el destino existe???

A veces me alegro de ser una lianta... pero no nos olvidemos de lo que decía Carmen Casti, ejem, ejem.

JRB dijo...

Qué sabia tu madre. Y qué estilo el tuyo dando calabazas a Frankie. Y sobre todo, qué grande el skater de los sponsors tatuados.

Bueno, ahora toca disfrutar de tu Tom ya sea en Barcelona o Nueva York :)

C. dijo...

Septiembre está a la vuelta de la esquina....