lunes, 15 de octubre de 2007

Julio 2006

Si son sólo niños...
Hay cosas mejores q leer la Vale, o la Loka o cualquier revista para adolescentes, como leí hace poco en algún blog, y es oir una conversación entre los propios adolescentes. Pero mejor aún es, eso sí, con mucha paciencia y tragándote la bilis por momentos, escuchar una conversación totalmente adolescente entre chicos q ya deberían haber dejado bien atrás la adolescencia. Y es lo q me ha pasado a mi esta tarde en el aeropuerto, volviendo a casa desde Valencia.
Mi avión salió con retraso, así q me repantingué un poco mosca en mi silla dispuesta a esperar el tiempo de rigor, mientras me abanicaba sin parar, porque en el aeropuerto de Valencia llevan unos días con el aire acondicionado estropeado y la atmósfera allí está de lo más espesita. Y de repente reparé en una pandilla de chicos q estaban sentados un par de sillas más allá. No sé como no me di cuanta antes, porque hablaban a grito pelado, casi chillaban. Debían tener unos 25 años a ojo de buen cubero (28 confirmaron después, según avanzaba la cosa) y el tema q captó mi interés era la paternidad. Espero q las cosas q allí se decían tuvieran por objetivo enervarme y encolerizarme, porque yo no podía evitar lanzar miraditas rayolaserfulminante ante comentarios como:
- El embarazo: "Ellas se las saben todas para hacernos pringar"
- El parto: "Y después pringas y seguro q ni es tuyo" (aquí momento chiste fácil sobre tener un hijo negro).
- El divorcio:"y si me toca el niño un fin de semana al mes y justo no me va bien?"
Todo esto acompañado de grandes carcajadas machotiles, por lo que
me levanté ya medio desquiciada para ver cuándo coño saldría mi avión, y cuando volví a mi sitio uno de los mongoles estaba sentado a mi lado, medio dormido. Sus amigotes repararon entonces en mi y le lanzaban puyitas de manera muy poco discreta a mi nuevo acompañante, del tipo "objetivo a tu izquierda, tienes una presa al alcance" "pregúntale si va a Vigo". Esto claro, susurrando a voz en grito, aunque sea paradójico.
Mi torpe acompañante se armó de valor y me preguntó "estooo...ejem... ¿vas a Vigo?" y yo saqué mi mirada más gélida, esa q utilizo normalmente por las mañanas y contesté "Sí, pero no soy una presa". Mi acompañante se lo transmitió a gritos a sus amigos, q se morían de la risa e insinuaban si yo estaba casada (ahí casi muero yo de la risa, pero no podía abandonar mi expresión de superioridad y madurez).
Por fin llegó la hora de embarcar y para mi suerte se sentaron detrás de mí en el avión. Y las conversaciones seguían siendo apasionantes, eso sí, de temática un tanto reducida: sexo. Si no sé cual de ellos se había "enchufado" a no se quien (me encantó esa expresión, voy a empezar a enchufarme a tíos), q si a todos les habían hecho un francés (cosa q dudo bastante), q sí a las 5 de la mañana quedaban las tías sobrantes... Una sarta de mamoneces, como podreis observar. Lo mejor de todo era una bromita muy recurrente entre el grupo, q era preguntarse unos a otros como se dice "debajo de la cama tiene la mano María" en valenciano (hermosa ciudad de donde procedían estos mentecatos), q como podreis intuir suponía decir "te-la-ma-María", para jolgorio del gallinero.
Esta pandi de gilipuertas se iban a pasar quince días de despiporre a Sanxenxo. Eso lo explica todo.
Duelo de titanas
Ayer Salsa Rosa volvió a tener la grandeza de otros tiempos. Fue súper divertido y no pude verlo desde el principio, pero en cuanto llegué de cenar y lo pillé, me lo vi enterito, mientras me zampaba un Häagen Dazs de tarta de queso y fresas.
Sara Montiel y Marujita Díaz, Sarítísima vs Maru, x fin cara a cara, face to face. Duelo de titanas q de duelo tuvo bien poco, xq estas dos se las saben todas, rajando la una de la otra con mucha picaresca, a la antigua, insinuando pero sin desvelar demasiado. Allí las dos enseñaban muslamen a la primera de cambio (impresionada me quedé con las piernazas de la Sarita, a su edad), se agarraban los pechos como muestra de carácter, se reían divertidas. Y el público tb, la vistoreaba y las jaleaba, y ellas en su salsa, la rosa. Primero Marujita salió a contar su versión, q se reducía a porqué Sara no la había invitado a su boda con el cubano. Y la imitaba, poniendo la voz grave y profunda, los ojos medio en blanco y ralentizando el gesto, buenísima. A lo q respondió Sara, nada más salir, caricaturizándose a sí misma. Ahí redescubrí a Saritísima, no sabía yo esa retranca q tenía la otrora gran actriz y hoy cómica de nuestro panorama televisivo. Nada más juntarlas en el plató (no sé xq no lo hicieron antes, porque desde el saloncito donde tenían esperando a Marujita, ésta no podía aguantar e interrumpía todo el rato, y la veíamos y oíamos desde el televisor q tenía Sara a su lado), Sara le dijo a Marujita q estaba guapísima, q qué se había hecho en la cara. "Ni oh ni ah, Maru", respondía Sara. Al final todo quedó en un beso, y en una invitación a la próxima boda de la Montiel, q será con Giancarlo, si Maru no puede impedirlo, ya q ese hombre, al parecer "se va detrás de una escoba".
En ese momento pensé en irme a la cama. Pero en Salsa Rosa contraatacaron con otro bombazo. Carmen, la madre de Mónica la Virgen, se había separado del gran Rufino. El pobre hombre esperaba pacientemente su turno desde el saloncito, con un gran ramo y con una gran maleta, el destino en las manos de su mujer. La madre de Mónica es una mujer bobalicona, y para mi mosqueo, gallega de Villagarcía. Resulta q necesita tiempo para ella, después de 33 años en los q Rufino no la ha llevado ni de viaje de novios, ni a cenar fuera una sola noche ni un mísero ramo de flores. Es q desde luego, Rufino... Pero el sexo no les importa, nonono, a ellos no. Rufino reconocía q es algo muy importante para toda pareja, para sonrojo y casi histeria de Carmen. Por el medio, imágenes de Mónica la todavía virgen después de su operación de cirugía facial, q aún no había visto, y q le ha dejado cara de garbancito, pero siempre mejor q como estaba, eso sí. Total, q al final la cosa quedó, entre risitas de Doña Carmen, q se pensaría la reconciliación. Pero con medio kilito en el bolsillo las cosas se piensan mejor.
Feas a tutiplén
Flipo y reflipo con la tele. Si aún no nos había dado tiempo a olvidarnos de Betty la Fea, pues ahora la tenemos x partida doble. Pero no se llaman Betty, q sería mucho copiar, no. Se llaman Bea y Lety, q suena mucho mejor y como q despistan.
He de reconocer q ya estoy enganchada a "Yo soy Bea", la de Telecinco, xq la de Antena 3 es mañanera y no me va el rollo telenovela matinal. Pero unas cuantas cositas me gustaría decir sobre la misma. Bea es Betty, no os dejeis engañar! Y Don Álvaro es Don Armando, sólo q un poco más joven y más guapete. Este Don Álvaro es el hermano gemelo de Ángel, de Gran Hermano, con lo q todo queda en casa, un pésimo actor aunque más mono q su hermano, eso sí. La misma Bea es Tanja, de Compañeros, aquella chica bosnia q llegó al Azcona refugiada de guerra y en un verano perdió su acento. Aunque claro, teniendo en cuenta q se liaba con César, se pierden los papeles y el acento. En esta telenovela tb luce palmito Mónica Estarreado, conocida x grandes papeles como aquel de hija de Maica en el Súper. Siempre hace papeles de ser medio pérfido, y a la pobre ya se le está avinagrando la cara a fuerza de tanto actuar. Pues situados los protas, todos aquellos q habeis disfrutado de la Betty original, pues ya no teneis nada q ver, porque es exactamente igual. La revista, el diseñador gay insoportable, el corrillo de amigas feas de Bea... Lo único distinto es q el padre de Bea es un señor de bastante buen ver en comparación con su pobre hija, y q a la madre la han liquidado para hacer la vida de Bea más desgraciada, con lo q nos suponemos q los genes de espantosidad los heredó de la difunta. Y Bea se convertirá en una belleza (todo lo bella q pueda ser Tanja, q no es demasiado, teniendo en cuenta q es medio escuchimizada y bastante vulgaris) en cuanto le saquen los braquets, le borren las cejas tiznadas con un corcho ahumado y le pongan unas camisas un poco más discretas (q las actuales parece q son de la parte chunga de HyM, esa zona en la q los dependientes se deben partir de risa cada vez q cuelgan algo, como los manguitos dorados o las faldas de tela de mesa camilla). Y seguro q misteriosamente desaparecerán tb sus ademanes steveurkelescos, q son desquiciantes. Como desquiciante es su colega, q lleva una riñonera ladeada q está muy bien, pero nunca superará los hipidos nasales del amigo Nicolás primigenio, bastante más feo q Betty. Este sólo es simplón y bastante aburrido (aunque con las artes marciales es desternillante)
Es gracioso tb el hecho de q han introducido el factor internet como signo de modernidad. Bea forma parte de un foro de cibernautas, de un chat, y se hacen llamar feonautas! Buenísimo. La pobre feúcha cuenta sus desgracias en la red. Por ahora parece q nadie le contesta...
Y ahora echando un vistazo en la red a la Lety de Antena 3 (ésta sudacona y no producto nacional, como Bea), me parto yo misma. A Don Armando Mendoza lo han trasformado en Don Humberto Mendiola. Mendiola, súper corriente el apellido. Es q no podría ser Luis Pérez? Ibamos a relacionarlo con la Betty primigenia igual! Me regodeo, me regocijo y me refocilo con las Bettys.
I love New Jersey
Hoy hace un día de calor pegajoso de esos en los q hasta el aire acondicionado me parece un gran invento. Ni siquiera la playa es un buen lugar, con unas olas de esas q nunca me hubiera imaginado en un mar como el Mediterráneo. Porque ésta es una de las cosas q más me llamó la atención la primera vez q vine al Mediterráneo, cuántas olas. Porque yo soy del Atlántico, pero de una ría, con lo q el mar siempre parece apacible, y yo en el Mediterráneo me mareaba subida en una patineta. Cosas.
La vida es lo q pasa mientras hacemos otros planes, dijo Alaska el otro día, en Valencia (citando a Lennon, pero no estaba segura). Y allí nos encontrábamos, tumbados en la playa, sin preocupaciones aparentes, mientras hacíamos planes para un futuro próximo. Y entre esos planes estaba viajar a New York y a Roma, aprovechando q tendremos amigos hospitalarios en esas ciudades.
Esta mañana llegó Elvira de Nueva York, contando lo carísimo y sucio q está todo. Que las cucarachas campan a sus anchas, q la ciudad se ve en un par de días y que los americanos son unos prepotentes. Pero que New York impresiona. Y yo quiero dejarme impresionar.
Y mientras hojeaba un libro de fotografía q le trajo a su padre (eso sí, aún con las Torres Gemelas en pie), yo me evadía. Hay q ver lo bonito q es New Jersey.
Y ahi estaba, entre Central Park y Madison Avenue, cuando una llamada nos avisaba q un conocido de aquí, de Altea, acababa de morirse en un accidente de moto. La verdad es q se me puso un nudo en el estómago. Hoy aquí y mañana quién sabe. No quiero tirar de tópicos, ni parecerme a mi abuela, pero es q es cierto. Y q, definitivamente, este año me voy a New York, a comprarme una camiseta de esas q lleva todo el mundo, para q haga juego con la q me regaló Tom. Pero esta vez de mi talla.
Best-sellera q es una
Mi vida en Altea es la misma q la de un jubilado sueco, supongo q ya lo sabreis. Sobre todo ahora q mi madre me obliga a guardar reposo absoluto, q se traduce en playa-comer-dormir-pasear, ampliando el abanico de posibilidades los fines de semana subiendo al pueblo antiguo para seguir comiendo en alguno de los encantadores restaurantes de allí arriba, con unas vistas fantásticas al mar o inmersos en el ambiente tranquilo q allí se respira, llenándonos los ojos de Altea (palabras de mi madre, en un futuro próximo Hija Predilecta de Altea).
Pues como parece q con esta vida de retiro espiritual q llevo mi madre no me dejará ir a Barcelona este finde como habíamos planeado Nacho y yo, tendré q seguir con mis días de lectura intensiva y moreneo. Porque ni siquiera veo mucho la tele (hace poco vi "Amor idiota", q peli más espantosa).
Como dice Ra, este ha sido mi año de los best seller. Y lleva razón. La verdad es q no los he buscado -aunque tampoco tengo nada en contra, ojo-, si no q la mayoría me los ha ido pasando mi madre. Salvando "Sin noticias de Gurb" (graciosa recopilación de artículos q me ha dejado con las ganas de empezar a devorar el resto de libros de Mendoza), "El antropólogo inocente" (divertido tb, tenía ganas de leerlo desde q nos lo recomendó Mar Llinares, allá por primero de carrera) y "Merienda de negros" (recomendado x Ra, pero sólo se merece un "bah, no está mal" por mi parte), el resto han sido top ten actuales o top ten de siempre.
El primero q leí fue "Los pilares de la tierra", objetivo desde hacía tiempo (cuando me fui de Barcelona empezaba "La catedral del mar", muy en la misma línea, pero allí se quedó q pesaba mucho). He de decir q al principio se me atascó un poco, porque cada vez q lo empezaba por unas o por otras lo tenía q abandonar, y cuando lo retomaba debía empezar de nuevo por el principio, pero una vez q le cogí el tranquillo me gustó bastante el libraco.
Hace poco me leí "La sombra del viento", y he de decir q este me encantó, me enganchó y me tuvo todo un sábado q no salí leyéndomelo de cabo a rabo, teniendo en cuenta además q esa noche emitían el concierto especial de los 40 principales, y el libro pesó más q Antonio Vega (algo q no es muy dificil tampoco, dado su estado) and company. Qué apasionante la historia de Julián Carax, y q guay seguirla por toda Barcelona, reconociendo los nombres de las calles, q es algo q me gusta un montón. Aún me acuerdo cuando leía hace mil años "La vida sale al encuentro"( regalo de Marta cuando aún éramos amigas) y salía mi cole, Marín, Vigo, y me hacía mogollón de ilusión. Q triste, ahora q me acuerdo, cómo lloraba con ese libro.
Hace unos días, en casa de mi padre, uno de los días q me quedé a dormir con mi hermana, pillé por casualidad "Memorias de una geisha" y tampoco pude dejarlo hasta q lo terminé. Este ya era distinto, más lento, como más suave, pero también me atrapó hasta el final.
Justo al acabar éste empecé "Pasiones romanas", pero aún estaba yo metida en todo el rollo de Sayuri-San y no me estaba diciendo nada especial Maria de la Pau Janer. De hecho estaba pensando en dejarlo, porque me estaba resultando un poco ñoño incluso. Pero sabeis q si me pongo, en ñoñería no me gana nadie, ý sólo tuve q leer lo siguiente para darle una segunda oportunidad...
- ¿Me amarás siempre?
- Siempre.
Ya os contaré cómo acaba. Y desde donde estoy sentada estoy viendo el libro de Dan Brown q me falta por leer mientras me relamo...
De como conseguí al fin mi título
Hace un calor de mil demonios. Se está mejor en casita que en ningún lado (sobre todo cuando no se puede ir a la playa, como yo), intento no moverme demasiado, y actividades las justas. Vida de lagarto y a esperar que llegue la noche y traiga un poco de aire fresco.
Esta mañana hemos ido a Santiago por fin, mi hermano y yo (después de un amago q hicimos hace unos días, en q llegamos a salir del portal y todo un par de veces, somos muy graciosos mi hermano y yo, entrábamos y salíamos y yo mientras le gritaba como una energúmena y el se dejaba gritar como un santo, costumbres de hermanos). Hemos llegado por los pelos, como siempre, porque cuando una tiene a la pachorra por hermano, pues se llega justito a todas partes, y muy estresada por ello y por los berridos dirigidos a ese mismo hermano, q también cansan. Este no es momento de hablar de que yo pierdo aviones y esas cosas. Yo es que directamente no llego, pero no vivo en la incertidumbre, que es distinto.
Y ya tengo mi título de licenciada. Soy licenciada en Historia y estoy especializada en Historia antigua, toma ya, q es una mentira cochina, porque yo soy arqueóloga (q también sería mentira cochina vistos mis escasos conocimientos de la materia, pero eso es otro tema). Soy licenciada en historia antigua porque todas la asignaturas q cursé el año pasado en Barcelona me las convalidaron en Santiago por historia antigua. Porque la beca Séneca tiene mucha gracia, supongo q la Erasmus también, que es q sólo puedes estudiar fuera lo que ya haya en tu universidad, cosa q me parece un tanto extraña, pero con unos cuantos chanchullos y oraciones yo he estudiado las asignaturas q me dio la gana, y he conseguido convalidar cosas como arquelogía subacuática (q divertido y moderno suena) por historia de las religiones en la antigüedad (también interesante, no digo q no), q no tienen res q veure. Y para ello me ha costado q en las secretarías tanto de Barcelona como de Santiago se me conozca con nombre y apellido (hace tiempo que no veo a la Karina, debería ir a decirle q me he licenciado y q me va todo bien). Pero ya está, capítulo cerrado.
Me falta una firmilla del rey, que delega en el rector de la universidad, y como que no es lo mismo. Estoy tentada de acercarme el sábado a Marín, a la ceremonia de entrega de despachos, a que me eche una firmita. Ya me imagino… El cabo Gutiérrez, el sargento Antúnez, el coronel Monteagudo, la nena para q le firme el título… Y yo monísima, allí en la fila, rodeada de capullos. Huy, q miedo me acaba de dar esa imagen. Esto me recuerda a una visita del príncipe a Santiago, hace unos años, cuando asistió a un acto presidido por mi tio abuelo, y el príncipe debió quedarse muy sorprendido al oir, en medio de las presentaciones “mi sobrina y mi nuera”.
¿Y ahora qué?, se preguntará más de uno. Pues ahora a seguir con mi master y con estos proyectillos q tenemos en marcha, y dios (con minúscula, por mucho q se empeñe Carles Pujol, mi profe del taller de escritura) ya proveerá.
JASP
No me lo puedo creer. Enciendo la tele y están poniendo por enésima vez “Sister Act”. Así q sin dudar vuelvo a canal satélite y continuo viendo “Al salir de clase”, esa gran cantera de jóvenes actores españoles. Cada rato publicitan el CD de la serie, como quien no quiere la cosa. Qué gran serie era “Alsa”, q grandes momentos de mi adolescencia.
Mi hermano, q nunca fue demasiado fan de la serie, no como yo, q soy de las pocas personas q la ha visto de principio a fin, siempre recuerda dos grandes momentazos que nos ha regalado. Yo tengo millones de momentazos, porque la serie no tenía desperdicio. Los recuerdos de mi hermano son el capítulo en el que Sergio, recién llegado de Granada (creo) al Siete Robles, le cuenta lloriqueando a la malaperra de María Bichito (hija de la desaparecida Rocío Durcal) que debido a una lesión irrecuperable debe dejar su prometedora carrera de nadador profesional, convirtiéndose en “un jubilado de 16 años”. Mi hermano rodaba por el suelo de la risa. Supongo que x lo ridículo del drama, por lo malos actores que eran y porque le echarías cualquier edad a Sergio pero siempre de 25 para arriba. Otro momento con el que disfrutó mucho fue con el capítulo del funeral de Dani, en el cual su hermano Raúl, llevado por la rabia vive un momento de sinceridad hiriente en el que le echa en cara a cada uno de sus amigos todo su sucio pasado: las perrerías q se han hecho unos a otros, cómo se han corneado en repetidas ocasiones… Era un gran personaje este Raúl.
Yo recuerdo con deleite el par de capítulos en el que Sergio, otra vez Sergio que mira q era malo, sufría una adicción a las anfetaminas por culpa de la presión de los exámenes. Era genial, porque además de sus propias escenas cuando los protagonistas eran otros siempre aparecía por detrás Sergio, bailando con muchos aspavientos en la pista del CBC (en origen “Chico busca Chica, jojojo, y ante incluso “La nave”) o corriendo escopeteado por los pasillos del Siete Robles. Qué malas que son las drogas. Lo malo es q pronto solucionaron el problema, como todo.
Había unos cuantos personajes que merecen atención especial. Siempre me pregunto que habrá sido de Sócrates, que sólo salió en la primera temporada y después desapareció, para reaparecer momentáneamente en un pésimo anuncio de detergente y volverse a esfumar. También me producía una especie de sarpullido el personaje de Agustín, tontolava donde los haya, protagonista de una operación de fimosis en directo por parte de sus “amigos” Triqui y Ángela en el salón de su casa, en un baño de sangre que debió herir la sensibilidad de más de uno. Agustín me sacaba de quicio, como también Camino, una pánfila de cuidado que debía ser hija de algún productor para que alguien así salga en la tele y cobre por ello.
Todos se liaban con todos, era un despiporre el Siete Robles, y nadie se enfadaba ni guardaba rencor por ello (porque si así fuera, Iñiguín no podría vivir con tantos enemigos). Porque la maldad de la serie estaba concentrada en la Mano Negra, el profesor Fernando, q violaba a las alumnas e incluso llegó a matar a la mismísima Helen Lindes, que menos mal. Al final parece q Fernando, después de muchas temporadas sembrando el terror, moría ahogado al caer por una catarata (los capítulos veraniegos tenían unos exteriores increibles, había de todo en el Club). Nunca se encontró el cuerpo, que final abierto más enigmático.
Así, pensando rápidamente, creo q mi personaje favorito era Laigo, el cabecilla de la secta que lavó el cerebro de Triqui durante una buena temporada. Laigo siempre iba vestido de traje blanco y un sombrero como de gigoló caribeño, siempre muy elegante. Y decía tonterías sin parar, sin sentido. Era una secta sin ninguna base concreta, pero Laigo tenía un nosequé o un queseyó que te lavaba el cerebro en cuanto te descuidabas. Que buenísimo el Laigo.
Recuerdo el disgusto de perderme el último capítulo por tener que irme a Ortigueira, menos mal que lo repitieron, no me lo hubiera perdonado nunca. Saber cómo Jero solucionaba su amnesia y con quien terminaba casándose, con la buena o con la mala. Que divertido llegar a clase y comentar la serie. Y esa musiquilla que nunca podré olvidar “Tininininiiiiii, Tininininíiiiiii”. Se me ponen los pelos de punta.

Mi problema con los medios de locomoción

Escribo desde el aeropuerto de Barcelona porque, sí, he perdido otra vez el avión. Creo que ya van tres veces, si no me equivoco.
Tengo un ligero problema con los medios de transporte y los viajes, cada vez más acentuado, que en un principio provocaba la hilaridad de mi familia y ahora provoca gritos y reproches y ya no es tan gracioso.
Podría hacer una crítica de cada compañía aérea basándome en mis propias experiencias. Pero sólo voy a limitarme a despotricar contra una: AIR EUROPA. La primera vez q volé con ellos fue en el viaje a Túnez, en el verano de 3º de carrera. No voy a ponerme a detallar toda la odisea q supuso llegar a Túnez, porque es pensarlo y me pongo del hígado. Sólo decir que nada más despegar volvimos a aterrizar, que nos marearon de aeropuerto en aeropuerto, q pasamos por París cuando no estaba previsto y no sabíamos si nos quedaríamos allí con frío invernal y nosotros con ropita de verano, y q en vez de a las 12 de la mañana llegamos a las 3 de la madrugada. Salimos en el periódico y todo. Hubo denuncias. Pero nos tomaron el pelo y la cosa quedó ahí. Ahí me dije “Air Europa, nunca máis”.
Mi segundo contratiempo con esa endemoniada compañía fue el año pasado, cuando me decidí a darles una segunda oportunidad. Me proponía irme unos días a casa en enero, después de los exámenes, y me llevaba todas mis cositas. Todas, todas. Y me perdieron la maleta. Para siempre. Forever. Lloré, pataleé y les grite todos los improperios q se me ocurrieron (en una de las llamadas pude oir “atiéndela tú, q está de mala leche”. Los mataría). Al menos conseguí, meses después, q me indemnizaran más o menos bien. Pero aún recuerdo cada una de las cosas q llevaba en esa maleta (mi minifalda de Miss Sixtie sin estrenar, mi minifalda plateada de Muchacha, mi aplicador de khôl tunecino!), y en mi casa sigue siendo un tema tabú. Realmente pienso que todos los trabajadores (por llamarles de alguna manera a esa panda de incompetentes) son desechos de otras compañías. Y podría extenderme en mi argumentación, pero otro día será. Es una aversión tan profunda la q siento hacia esta compañía, q cada vez q sale Noséq Hidalgo en la televisión, el heredero de la compañía y nuevo soltero de oro de este país, se me pone un nudo en el estómago y sólo puedo desear q se lo lleve una lercha q le saque todos los cuartos.
Las dos últimas veces q fui a Londres también perdí el avión. La primera vez no fue por mi culpa, lo juro (la segunda en parte sí, tengo q reconocerlo). La primera vez fue culpa de los retrasos y los fallos de conexión entre aviones, con lo cual me quedé un par de horas tirada en Madrid, llorando un ratillo y paseando después para ver q se cocía por allí (Anita Aznar y Alejandro Agag rodeados de colegiales que habían perdido el mismo vuelo q yo). Porque que yo llore en estos casos también es muy común. Tengo q aprender a controlar las situaciones de crisis, porque así no llegaré a ningún lado.
La segunda vez q fui a Londres perdí el avión por culpa de mi ex, que calculó el tiempo fatal y cuando llegamos ya no me dejaron embarcar. Pero me cambiaron el vuelo para el día siguiente sin pagar un duro y yo más feliz q una perdiz, claro, ya que tenía un día más para pelearme con mi exnovio por si no estábamos ya hartos el uno del otro a esas alturas. Al día siguiente llegué con tiempo de sobra, pero la despedida con mi exnovio fue tan dramática y lacrimógena q casi lo pierdo otra vez, y cuando por fin entré por la puertecita el personal de British Airways ya estaba preguntando por mi mientras yo moqueaba, y me pasé todo el vuelo sollozando y con el personal muy preocupado por mí. Muy atentos en British Airways.
Más contratiempos, dejadme pensar. El año pasado también, cuando me iba a pasar un fin de semana a casa allá por mayo, también tuve un problemilla con los transportes. Esta vez fue con los trenes. Tengo que decir q sucedió al día siguiente de mi incidente en el Fellini, esto es q me drogaron y me robaron la cartera y el móvil. Pues andaba yo aún un poco despistadilla por el efecto de las drogas y de la falta de sueño (algún día contaré este capítulo de mi vida en la gran ciudad, pero aún no estoy preparada), cuando llegué a Sants y confiando en la puntualidad de los trenes catalanes, me subí en el tren a la hora q correspondía, seguida por un yonki al que le había indicado yo q era ese y no otro, seguro seguro, el tren q llevaba al aeropuerto. Pero no era, claro. Ese iba L´Hospitalet. Recordad q yo no tenía móvil y no tenía un duro, claro. Y entonces me di cuenta de mi error, y ¿q hice? Lo mejor q podía hacer, ponerme a llorar. El pobre yonki me ofreció toda la calderilla q tenía, pero ni de broma llegaba para un taxi. El pobre no me reprochó que él tampoco estuviera donde debía, q majo mi yonki. El caso es q esperamos el siguiente tren, volvimos a Sants y esperamos el siguiente tren. El yonki me deseó mucha suerte y yo llegué por los pelos a mi avión, cuando ya estaban embarcando.
Después de estos incidentes tan divertidos cuando no se trata de uno mismo, pues podreis entender mis recurrentes ataques de ansiedad en el momento de la salida de las maletas si la mía se retrasa más de la cuenta. También se me paró el corazón cuando este año me dijeron q no tenía billete a mi nombre, pero es q me había confundido y me iba a Vigo y no a Santiago. Y cuando volví de Italia esta semana santa me rompieron una de las ruedas de mi maleta, con lo q llegué a casa echando chispas literalmente. Soy un caso.
Y ahora estoy aquí, aún en Barcelona cuando debía llevar horas en mi casa, con mi familia, reposando esta otitis mía q me tiene loca. Pero no, hemos perdido el avión porque salimos tarde de casa, porque tres paletas se nos han colado en el autobús y hemos tenido q esperar al siguiente y porque la supervisora de Iberia tenía cara de amargada y nosotras de pobrecitas. Y aquí estamos, comprobando q eso de q en el aeropuerto hay WIFI, como dicen unas pelotas gigantes colgadas del techo, es un bulo con todas las letras.
Y seguro q se me olvida algún contratiempo, menuda soy yo para esto.

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